1. Cambios en la órbita terrestre:Las variaciones en la órbita terrestre alrededor del Sol afectaron la cantidad de radiación solar que llega a las diferentes partes del planeta. Estos cambios provocaron fluctuaciones en las temperaturas globales y desencadenaron el crecimiento y retroceso de los glaciares.
2. Actividad volcánica:Las erupciones volcánicas pueden inyectar grandes cantidades de polvo y cenizas a la atmósfera, lo que puede bloquear la luz solar y provocar un enfriamiento. La frecuente actividad volcánica durante la edad de hielo podría haber contribuido a temperaturas más frías y a la expansión de la capa de hielo.
3. Cambios en las corrientes oceánicas:las alteraciones en los patrones de circulación oceánica, como los cambios en la Corriente del Golfo, pueden redistribuir el calor en todo el mundo e influir en el clima regional. Los cambios en las corrientes oceánicas podrían haber amplificado el efecto de enfriamiento de otros factores durante la edad de hielo.
4. Mecanismos de retroalimentación:las propias capas de hielo pueden crear mecanismos de retroalimentación que amplifican aún más el enfriamiento. Por ejemplo, las capas de hielo reflejan la luz solar de regreso al espacio, lo que lleva a temperaturas aún más bajas, lo que a su vez promueve un mayor crecimiento de las capas de hielo.
La interacción de estos factores probablemente impulsó el aumento y disminución de las capas de hielo durante la última edad de hielo, que culminó con la extensión máxima de la cobertura de hielo hace unos 21.000 años. A medida que el clima de la Tierra se fue calentando gradualmente, las capas de hielo comenzaron a retirarse, dando lugar al período interglacial que estamos experimentando actualmente.