Presión:A medida que las capas de sedimento se acumulan con el tiempo, ejercen presión sobre el material orgánico enterrado debajo. Esta presión compacta y endurece el material, transformándolo en un combustible fósil sólido.
Calor:A medida que la Tierra sufre cambios geológicos, la temperatura de la corteza terrestre puede aumentar. Este calor hace que la materia orgánica se descomponga y sufra cambios químicos, convirtiéndola en combustibles fósiles como carbón, petróleo o gas natural.