- Clima - La temperatura y las precipitaciones son los factores climáticos más importantes que conducen a la formación de suelos lateríticos. El clima cálido y húmedo acelera el proceso de laterización. Esto se debe a que, en tales condiciones climáticas, el ritmo de erosión de las rocas y de descomposición de la materia orgánica es rápido. Debido a las altas temperaturas y humedad durante todo el año, el proceso de laterización continúa y los suelos de laterita se forman en unos pocos miles de años.
- Roca madre:los suelos de laterita se forman a partir de una amplia variedad de rocas, incluidos basalto, granito y gneis. Sin embargo, las rocas ricas en hierro y aluminio son más susceptibles a la laterización. Estas rocas liberan hierro y aluminio durante el proceso de erosión.
- Topografía - La topografía también juega un papel importante en la laterización. Los suelos lateríticos se forman generalmente en zonas con un terreno suavemente ondulado o llano. Esto se debe a que en estas zonas el agua no fluye rápidamente y permanece estancada durante mucho tiempo. Esto conduce a la acumulación de óxidos de hierro y aluminio en el suelo.
- Vegetación - La vegetación juega un papel importante en la formación de suelos lateríticos. Las raíces de las plantas liberan ácidos orgánicos que ayudan en la descomposición de rocas y minerales. Este proceso libera óxidos de hierro y aluminio, que luego se acumulan en el suelo.