El agua de los depósitos geotérmicos subterráneos se puede extraer y utilizar para diversos fines, incluida la generación de electricidad, la calefacción de edificios y el suministro de agua caliente para usos industriales y domésticos. La extracción de agua de estos embalses generalmente se realiza mediante la perforación de pozos profundos y el uso de bombas para llevar el agua caliente a la superficie.
La exploración y el desarrollo de yacimientos geotérmicos subterráneos requieren evaluaciones geológicas y de ingeniería cuidadosas para garantizar la sostenibilidad del recurso y mitigar los posibles impactos ambientales. Estos embalses son una fuente renovable de energía que puede contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la transición hacia un mix energético más sostenible.