El carbón se encuentra bajo tierra en depósitos de carbón, que se forman a partir de restos de plantas antiguas que fueron enterradas bajo capas de sedimentos durante millones de años. Estas plantas se conservaron debido a la falta de oxígeno y al intenso calor y presión que las comprimieron hasta convertirlas en carbón. Los depósitos de carbón están ampliamente distribuidos por todo el mundo, y las principales reservas se encuentran en países como Estados Unidos, China, Rusia, India y Australia.