Matemáticamente, el área se define como la medida bidimensional de la extensión de una superficie. Se deriva del concepto de longitud, una medida unidimensional. Para entender por qué el área se considera una cantidad derivada, consideremos un ejemplo sencillo.
Supongamos que queremos medir el área de un campo rectangular que mide 10 metros de largo y 5 metros de ancho. Para calcular el área multiplicamos el largo por el ancho:
Área =Largo × Ancho
=10 metros × 5 metros
=50 metros cuadrados
En este ejemplo, la unidad de área (metros cuadrados) se deriva de la multiplicación de la unidad de longitud (metro). El concepto de área se basa en el concepto de longitud, que se considera una cantidad fundamental.
Por tanto, el área se clasifica como una cantidad derivada porque su definición y medición dependen de la combinación de otras cantidades fundamentales, en este caso, la longitud. Las cantidades derivadas son esenciales para describir fenómenos y medidas físicas, ya que nos permiten expresar y relacionar diferentes propiedades y características físicas de manera consistente.