Comience con gas argón disponible comercialmente, que normalmente tiene una pureza de alrededor del 99,999 %.
Pase el gas argón a través de una serie de captadores para eliminar impurezas como oxígeno, nitrógeno y vapor de agua. Los captadores son materiales que reaccionan y absorben impurezas.
Destila el gas argón para separarlo de las impurezas restantes. La destilación implica hervir el gas argón y luego condensarlo, dejando atrás las impurezas.
Repita los pasos 2 y 3 varias veces para purificar aún más el gas argón.
Finalmente, pase el gas argón a través de una trampa fría para eliminar las impurezas condensables restantes. Una trampa fría es un dispositivo que enfría el gas a una temperatura muy baja, lo que hace que las impurezas se condensen y congelen.
El gas argón resultante debería tener una pureza del 99,99999% o superior, lo que lo convierte en el argón más puro jamás producido.