Estructura de cola normal:
En la mayoría de los lagartos con colas desmontables, las vértebras en la base de la cola tienen planos de fractura especializados. Estos planos de fractura son más débiles y propensos a separarse cuando se aplica fuerza. Sin embargo, en circunstancias normales, los músculos, la piel y otros tejidos que rodean estas vértebras mantienen unida la cola, evitando roturas accidentales.
Control Muscular y Ligamentos:
Los lagartos tienen un control muscular intrincado en la cola. Pueden tensar o relajar estos músculos para bloquear las vértebras en su lugar o crear una separación en los planos de fractura. Además, los ligamentos flexibles conectan las vértebras, lo que permite una flexión y un movimiento controlados.
Mecanismo de estímulo-respuesta:
Cuando un lagarto siente que un depredador le agarra la cola o se encuentra con una situación potencialmente dañina, el sistema nervioso desencadena una respuesta refleja. Esta respuesta hace que los músculos alrededor de los planos de fractura de la cola se relajen rápidamente.
Separación de vértebras:
A medida que los músculos se relajan, las vértebras que tienen los planos de fractura quedan sueltas. Con fuerza o movimiento continuo, las vértebras se separan en estos puntos predeterminados. La cola se desprende del cuerpo del lagarto en el lugar designado.
Cierre y Regeneración:
Después de que la cola se cae, los vasos sanguíneos cerca del sitio de la fractura se contraen, evitando el sangrado excesivo. Un tejido especializado cubre el extremo expuesto de las vértebras para prevenir infecciones. Con el tiempo, los tejidos perdidos se regeneran, lo que lleva al crecimiento de una nueva cola.
Es importante tener en cuenta que no todos los lagartos poseen la capacidad de realizar una autotomía caudal. Esta adaptación se encuentra principalmente en ciertas familias de lagartos como gecos, eslizones y algunas agámidas. La estructura de la cola y la eficacia del autodesprendimiento varían entre las diferentes especies de lagartos.