Proteaceae es una familia de plantas con flores que incluye alrededor de 80 géneros y 1.700 especies. La familia se distribuye principalmente en el hemisferio sur, y algunas especies también se encuentran en el hemisferio norte. Las proteáceas son típicamente árboles o arbustos y, a menudo, se encuentran en regiones secas o montañosas.
Las secuencias de ADN y los fósiles muestran que las Proteaceae tienen una historia evolutiva larga y compleja. Los primeros fósiles de Proteaceae conocidos se remontan al período Cretácico, y estos fósiles muestran que la familia alguna vez estuvo mucho más extendida de lo que está hoy. Durante el período Cretácico, las Proteáceas se encontraban en todos los continentes excepto en la Antártida. Sin embargo, la diversidad de la familia comenzó a disminuir durante el período Terciario y, al final del período Terciario, las Proteaceae solo se encontraban en el hemisferio sur.
Se cree que la disminución de las Proteaceae en el hemisferio norte se debe a una combinación de factores, incluido el cambio climático y la competencia de otras familias de plantas. Sin embargo, algunas especies de Proteaceae pudieron sobrevivir en el hemisferio norte adaptándose a nuevos entornos. Por ejemplo, algunas especies de Proteaceae del género Leucadendron se encuentran ahora en las montañas de Etiopía y Yemen.
Se cree que la propagación de Proteaceae al hemisferio sur se produjo por una combinación de deriva continental y dispersión transoceánica. La deriva continental es el movimiento de los continentes de la Tierra a lo largo del tiempo, y este movimiento ha acercado a los continentes del hemisferio sur. La dispersión transoceánica es el movimiento de plantas y animales a través de océanos, y este movimiento se ha visto facilitado por la presencia de islas y corrientes oceánicas.
La combinación de deriva continental y dispersión transoceánica ha permitido que las Proteaceae se propaguen a una amplia variedad de hábitats en el hemisferio sur. La familia ahora se encuentra en selvas tropicales, sabanas, desiertos y montañas. Las proteáceas son miembros importantes de estos ecosistemas y proporcionan alimento y refugio a una variedad de animales.
La historia evolutiva de Proteaceae es un testimonio del poder de adaptación. La familia ha podido sobrevivir y prosperar en una variedad de entornos y sigue siendo una parte importante de los ecosistemas de la Tierra.