Pakicetus inachus: Este pequeño mesoníquido del tamaño de un perro vivió en lo que hoy es Pakistán hace unos 50 millones de años. Pakicetus es considerado uno de los primeros ancestros de las ballenas conocidos. Sus restos fosilizados muestran adaptaciones como fosas nasales agrandadas ubicadas muy atrás en el cráneo, lo que indica una capacidad para sumergir parcialmente su cabeza en agua mientras caza peces.
Ambulocetus natans: Ambulocetus era una ballena semiacuática que vivió hace unos 48 millones de años en Pakistán. Poseía características tanto terrestres como de ballena. Los fósiles de Ambulocetus revelan la presencia de extremidades traseras acortadas y un cuerpo aerodinámico, lo que sugiere una transición de la locomoción terrestre a la natación.
Protocétidos: Los protocétidos fueron un grupo diverso de ballenas antiguas que vivieron desde el Eoceno medio hasta el Oligoceno tardío. Estas ballenas eran formas de transición que exhibían una variedad de adaptaciones para la vida acuática. Algunos protocétidos tenían extremidades traseras reducidas, mientras que otros mostraban un cuerpo más aerodinámico y un cráneo adaptado para la ecolocalización, una característica esencial para la caza y la navegación bajo el agua.
Basilosaurus cetoides: Basilosaurus era el protocétido más grande conocido, alcanzando longitudes de hasta 60 pies. Sus fósiles se han encontrado en depósitos marinos de hace unos 35 millones de años. Basilosaurus mostraba un estilo de vida totalmente acuático y poseía aletas bien desarrolladas en lugar de extremidades traseras, lo que indica su transición completa a un entorno marino.
Estos fósiles de ballenas, entre otros, ofrecen información valiosa sobre las transformaciones graduales que ocurrieron a medida que las ballenas evolucionaron de la tierra al mar. Proporcionan evidencia directa de las etapas de transición, incluida la reducción de las extremidades traseras, el desarrollo de cuerpos aerodinámicos y el surgimiento de adaptaciones para la natación y la ecolocalización.