Una posible explicación de la oposición al gas de esquisto en Quebec es que la provincia tiene una larga historia de activismo ambiental y oposición a proyectos de desarrollo a gran escala. Por ejemplo, en la década de 1970, los quebequenses se opusieron con éxito a la construcción de una presa hidroeléctrica en el río James Bay. En los últimos años, también ha habido protestas contra el desarrollo del gas de esquisto en la región de Gaspé en Quebec.
Otra posible explicación de la oposición al gas de esquisto en Quebec es que la provincia tiene una fuerte tradición de participación pública en la toma de decisiones. Esta tradición se remonta a la Revolución Silenciosa de la década de 1960, cuando los quebequenses exigieron más voz en el gobierno de su provincia. Como resultado, es más probable que los quebequenses participen en consultas públicas y expresen sus preocupaciones sobre proyectos de desarrollo a gran escala.
También es importante señalar que no todos los quebequenses se oponen al desarrollo del gas de esquisto. De hecho, algunas encuestas han revelado que la mayoría de los quebequenses apoyan el desarrollo del gas de esquisto, siempre que se haga de forma segura y de forma que se proteja el medio ambiente.
En última instancia, la cuestión de si los quebequenses se oponen irracionalmente al gas de esquisto es compleja y no puede responderse de manera definitiva. Hay una variedad de factores que pueden contribuir a la oposición al gas de esquisto en Quebec, y es importante considerarlos todos antes de emitir un juicio.