La primera evidencia de ocupación humana en la meseta tibetana se remonta al Paleolítico (hace entre 2,6 millones y 11.700 años). Estos primeros humanos probablemente eran cazadores y recolectores nómadas que vivían en campamentos temporales. Habrían seguido manadas de animales a través de la meseta y habrían dependido de plantas y frutas silvestres como alimento.
A medida que el clima en la meseta tibetana comenzó a calentarse y secarse hace unos 10.000 años, la región se volvió más hospitalaria para la habitación humana. Esto llevó a un aumento gradual del número de personas que vivían en la meseta. Estos humanos prehistóricos posteriores pudieron desarrollar técnicas agrícolas más avanzadas y comenzaron a construir asentamientos permanentes.
La meseta tibetana también fue un importante cruce de caminos para el comercio y el intercambio cultural. Fue un punto de encuentro para personas de toda Asia, incluidas China, India y Asia Central. Esto condujo al desarrollo de una cultura rica y diversa en la meseta tibetana.
Hoy en día, la meseta tibetana alberga a más de 10 millones de personas. La mayoría de estas personas son budistas tibetanos y la región tiene un fuerte sentido de identidad cultural y religiosa. La meseta tibetana es una región única y fascinante que ha sido hogar de humanos durante miles de años.
Estos son algunos de los factores que hicieron posible que los humanos prehistóricos ocuparan la meseta tibetana:
* La meseta tibetana no es tan fría como podría pensarse. La temperatura media en la meseta ronda los 5 grados centígrados (41 grados Fahrenheit). Esto se debe al hecho de que la meseta está situada a gran altura, lo que significa que el aire es más fino y no retiene tan bien el calor.
* La meseta tibetana también es muy seca. Esto significa que hay muy poca vegetación, lo que facilita el desplazamiento de los humanos.
* La meseta tibetana alberga varios grandes ríos que proporcionan agua para beber y para riego.
* La meseta tibetana también alberga una serie de minerales que pueden utilizarse para fabricar herramientas y armas.
Todos estos factores contribuyeron a hacer posible que los humanos prehistóricos ocuparan la meseta tibetana.