La formación del Himalaya se atribuye principalmente a la colisión del subcontinente indio con la Placa Euroasiática, que comenzó hace aproximadamente 50 millones de años. A medida que la Placa India se movía hacia el norte, chocó con la Placa Euroasiática, lo que provocó la subducción de la Placa India debajo de la Placa Euroasiática.
Levantamiento y plegamiento de la corteza terrestre
El choque de las placas provocó que el material de la corteza terrestre se espesara y las masas terrestres se elevaran. La tremenda fuerza de la colisión provocó que la Placa India se moviera bajo la Placa Euroasiática, elevando la corteza terrestre y formando imponentes cadenas montañosas, incluido el Himalaya. Este proceso de elevación y plegamiento tectónico creó la gran elevación del Himalaya.
Plegar y Empujar
La interacción entre las dos placas dio lugar a procesos geológicos complejos como el plegamiento y el cabalgamiento. El plegamiento se refiere a la flexión y deformación de las capas de roca, mientras que el empuje ocurre cuando una masa rocosa es empujada sobre otra. Estos procesos dieron forma aún más a las cadenas montañosas del Himalaya, lo que dio como resultado sus características geológicas únicas.
Movimiento y elevación continuos de la placa
La colisión entre la Placa India y la Placa Euroasiática es un proceso en curso y se cree que el Himalaya todavía está elevándose en la actualidad. Este continuo levantamiento es una de las razones por las que el Himalaya se considera una región sísmicamente activa, propensa a los terremotos.
Influencia en el clima y los ecosistemas
La formación del Himalaya tuvo un profundo impacto en el clima local y global. Afectó los patrones de circulación atmosférica, lo que llevó al desarrollo de zonas climáticas y hábitats únicos. Las cadenas montañosas actúan como una barrera, influyendo en los patrones de precipitación y creando regiones de sombra de lluvia. La compleja topografía resultante de la colisión dio forma a diversos ecosistemas.