La tectónica de placas es necesaria para la transferencia de calor, lo que contribuye a la creación y mantenimiento de las condiciones adecuadas para la vida. Los materiales del núcleo se elevan porque el material en los bordes de las placas tectónicas se enfría y se hunde, lo que libera calor y provoca el transporte de calor. Esta transferencia de calor afecta la regulación climática global, que es esencial para la supervivencia de plantas y animales.
En resumen, la tectónica de placas es esencial para el desarrollo y la supervivencia de la vida multicelular en la Tierra. Ayudan a la creación de nuevos hábitats y a la liberación de nutrientes debido a los procesos que implican la creación de montañas, la erosión de la tierra y el movimiento del calor.