1. Calor y presión extremos: A medida que se profundiza en la Tierra, la temperatura y la presión aumentan drásticamente. Se estima que el núcleo de la Tierra tiene temperaturas de alrededor de 5.200 grados Celsius (9.300 grados Fahrenheit), comparables a las de la superficie del sol. El calor extremo requeriría materiales especializados que puedan soportar tales condiciones.
2. Rocas inestables y estructuras geológicas: La corteza terrestre está compuesta por varias capas de rocas con diferentes densidades y propiedades. A medida que profundizas el túnel, encontrarás diferentes tipos de rocas, algunas de las cuales son inestables o propensas a colapsar, lo que hace que la construcción sea extremadamente desafiante y peligrosa.
3. Falta de oxígeno: A medida que se avanza hacia el interior de la Tierra, la disponibilidad de oxígeno disminuye significativamente. Mantener un suministro continuo de aire fresco para los trabajadores y los equipos requeriría un sistema de soporte vital avanzado.
4. Energía geotérmica y disipación de calor: El interior de la Tierra contiene una inmensa energía geotérmica y cuanto más profundo excavas, más calor encuentras. Disipar este calor para evitar que el túnel se caliente demasiado es un importante desafío de ingeniería.
5. Limitaciones técnicas: Las tecnologías actuales de perforación y construcción de túneles están limitadas en términos de la profundidad que pueden alcanzar y la estabilidad de los túneles creados. Es necesario desarrollar métodos avanzados, como técnicas de fusión de rocas o nuevas tecnologías de perforación, para hacer viable un túnel transterrestre.
Además, existen consideraciones éticas y ambientales relacionadas con dicho proyecto. La posible alteración de la estructura interna y los ecosistemas de la Tierra, así como la gran cantidad de recursos y energía necesarios para tal empresa, plantean preocupaciones que hacen que la idea de un túnel transterrestre sea en gran medida teórica en este momento.