En 1988, el físico Kenneth Libbrecht hizo lo que posiblemente fue el primer intento real de encontrar dos copos de nieve idénticos utilizando fotografías microscópicas, y dijo que no existían entre los naturales. Pero sus pares de copos de hielo creados en laboratorio suelen ser tan parecidos que es difícil imaginar ver su diferencia sin lentes de alta potencia: