Un fósil son restos o rastros conservados de animales, plantas y otros organismos del pasado. Los fósiles se encuentran en las rocas y pueden utilizarse para estudiar la historia de la vida en la Tierra. Los fósiles se forman cuando un organismo muere y sus restos quedan cubiertos de sedimento. Con el tiempo, el sedimento se endurece hasta convertirse en roca y se conservan los restos del organismo. Los fósiles pueden proporcionar información sobre el tamaño, la forma y el estilo de vida del organismo. También se pueden utilizar para estudiar el entorno en el que vivía el organismo. Los fósiles son importantes porque proporcionan evidencia de la evolución de la vida en la Tierra. También nos ayudan a comprender la historia del clima y el medio ambiente de la Tierra.
Hay muchos tipos diferentes de fósiles. Algunos fósiles son restos conservados del propio organismo, como huesos, caparazones y dientes. Otros fósiles son las huellas conservadas del organismo, como huellas, madrigueras y nidos. Los fósiles se pueden encontrar en todo tipo de rocas, pero se encuentran con mayor frecuencia en rocas sedimentarias.
Los fósiles son herramientas importantes para los científicos que estudian la historia de la vida en la Tierra. Proporcionan evidencia de la evolución de la vida y nos ayudan a comprender la historia del clima y el medio ambiente de la Tierra. Los fósiles también son un recurso valioso para los educadores, ya que pueden usarse para enseñar a los estudiantes sobre la historia de la vida en la Tierra.