He aquí por qué:
* No todos los experimentos tienen como objetivo establecer la causa y el efecto: Algunos experimentos simplemente exploran un fenómeno, prueban una nueva técnica o recopilan datos preliminares. En estos casos, un control podría no ser relevante.
* El control no siempre es factible: En ciertas situaciones, crear un grupo de control puede ser imposible o poco ético. Por ejemplo, estudiar los efectos de una enfermedad rara en los sujetos humanos.
* Algunos experimentos son observacionales: Los estudios de observación analizan datos preexistentes sin manipulación, lo que hace que los controles sean irrelevantes.
Sin embargo, los controles son altamente beneficiosos en muchos experimentos:
* Establecer la causalidad: Los controles ayudan a determinar si el efecto observado se debe realmente al tratamiento experimental o a un factor de confusión.
* Medición de la línea de base: Los controles proporcionan un punto de referencia para la comparación, lo que permite a los investigadores medir la magnitud del efecto del tratamiento.
* Confiabilidad creciente: Los controles ayudan a minimizar la influencia de las variables extrañas, lo que hace que los resultados sean más confiables e interpretables.
En resumen, los controles son una herramienta valiosa en la experimentación científica, pero no se requieren universalmente. La necesidad de controles depende de la pregunta de investigación específica, la naturaleza del experimento y las consideraciones éticas.