Baja conductividad térmica: El papel, el material principal utilizado en el cartón ondulado, tiene una conductividad térmica naturalmente baja. Esto significa que resiste el flujo de calor, lo que dificulta que el calor pase a través de él con facilidad.
Bolsas de aire: El diseño corrugado crea numerosas bolsas de aire dentro del cartón. Estas bolsas sirven como aislantes al atrapar el aire estancado, lo que constituye una barrera eficaz para la transferencia de calor. Cuantas más ranuras (las partes onduladas) tenga el cartón, más bolsas de aire habrá y mejores serán las propiedades aislantes.
Ligero: El cartón corrugado es liviano en comparación con otros materiales aislantes, lo que facilita su manipulación e instalación. Su bajo peso también reduce el peso total del embalaje y el transporte, contribuyendo a la eficiencia energética en la logística.
Rentabilidad: El cartón ondulado es relativamente económico en comparación con otros materiales aislantes. Su rentabilidad lo convierte en una opción viable para diversas industrias, incluidas las de embalaje, construcción y fabricación.
Reciclable y respetuoso con el medio ambiente: El cartón ondulado es reciclable y biodegradable, contribuyendo al embalaje sostenible y a la conservación del medio ambiente. Su naturaleza ecológica lo convierte en una opción preferible para empresas y consumidores que priorizan la responsabilidad ambiental.