Las investigaciones han demostrado que los estímulos externos, como las interrupciones entre la exposición a la publicidad y la compra real, pueden hacer que las personas reconsideren o modifiquen sus opiniones después de una reacción positiva inicial. Los consumidores pueden reconsiderar su interés inicial a medida que aparecen nuevos detalles durante este ínterin, lo que posiblemente afecte su selección final de productos.