* Busque información de una variedad de fuentes. Esto puede incluir leer reseñas, hablar con amigos y familiares y visitar la tienda para inspeccionar el producto en persona.
* Confíe en heurísticas y reglas generales. Se trata de atajos mentales que ayudan a los consumidores a tomar decisiones rápidas sin tener que procesar toda la información disponible. Por ejemplo, un consumidor podría utilizar la regla general de que cuanto más caro es un producto, mejor es.
* Son más susceptibles a la persuasión. Esto se debe a que tienen menos experiencia con los productos y es más probable que se dejen llevar por las afirmaciones de marketing.
Consumidores expertos
* Tener mucha experiencia con productos. Esto significa que están más familiarizados con las diferentes características y beneficios de los productos y pueden juzgar mejor qué productos son mejores para ellos.
* Es menos probable que dependan de heurísticas y reglas generales. Esto se debe a que tienen más experiencia con los productos y pueden tomar decisiones más informadas.
* Son menos susceptibles a la persuasión. Esto se debe a que son más conscientes de las tácticas de marketing y es menos probable que se dejen influenciar por ellas.
Sin embargo, es importante señalar que incluso los consumidores expertos pueden cometer errores. Es posible que no siempre tengan acceso a toda la información que necesitan y, en ocasiones, pueden dejarse llevar por afirmaciones de marketing. Por eso es importante que los consumidores sean conscientes de las diferentes formas en que pueden aumentar su conocimiento sobre los productos y utilizar este conocimiento para tomar decisiones informadas.