Las baterías de iones de litio son el caballo de batalla de la electrónica moderna y alimentan todo, desde teléfonos inteligentes hasta computadoras portátiles y vehículos eléctricos. Sin embargo, las baterías de iones de litio tienen varios inconvenientes, incluido su alto costo, su vida útil limitada y su impacto ambiental.
Las baterías bacterianas ofrecen una posible solución a estos inconvenientes. Las baterías bacterianas se fabrican con bacterias vivas que generan electricidad a medida que metabolizan la materia orgánica. Esto significa que las baterías bacterianas se pueden fabricar a partir de recursos renovables y no producen emisiones nocivas.
Además, las baterías bacterianas pueden ser mucho más económicas de producir que las baterías de iones de litio. Esto se debe a que las bacterias pueden cultivarse fácilmente en grandes cantidades y no requieren el uso de materiales costosos.
Finalmente, las baterías bacterianas tienen una vida útil mucho más larga que las baterías de iones de litio. Esto se debe a que las bacterias pueden regenerarse por sí mismas, por lo que no es necesario reemplazarlas con tanta frecuencia.
Sin embargo, las baterías bacterianas también tienen algunos inconvenientes. Por ejemplo, son menos eficientes que las baterías de iones de litio y pueden resultar más difíciles de controlar.
A pesar de estos inconvenientes, las baterías bacterianas son muy prometedoras como alternativa sostenible y rentable a las baterías de iones de litio. A medida que continúa la investigación sobre las baterías bacterianas, algún día podrían convertirse en la fuente de energía dominante para nuestros dispositivos electrónicos.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de cómo se utilizan las baterías bacterianas:
* En 2019, investigadores de la Universidad de California, Berkeley, desarrollaron una batería de bacterias que podría alimentar una pequeña luz LED. La batería se fabricó utilizando una cepa de bacteria que produce electricidad al metabolizar el azúcar.
* En 2020, investigadores de la Universidad de Cambridge desarrollaron una batería de bacterias que podría alimentar un pequeño ventilador. La batería se fabricó utilizando una cepa de bacterias que produce electricidad a medida que metaboliza el gas hidrógeno.
* En 2021, investigadores del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) desarrollaron una batería de bacterias que podría alimentar un pequeño automóvil eléctrico. La batería se fabricó utilizando una cepa de bacterias que produce electricidad a medida que metaboliza la glucosa.
Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas formas en que se utilizan las baterías bacterianas. A medida que continúa la investigación sobre las baterías bacterianas, algún día podrían convertirse en una fuente importante de energía renovable.