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  • Una nueva investigación muestra cómo la interacción cerebro-computadora está cambiando el cine

    Crédito:Shutterstock / TatianaShepeleva

    En los ultimos años, hemos visto el extraordinario desarrollo de las tecnologías de prótesis neurales que pueden reemplazar o mejorar las funciones de nuestro sistema nervioso central. Por ejemplo, dispositivos como las interfaces cerebro-computadora (BCI) permiten la comunicación directa del cerebro con una computadora. La técnica más común aplicada en estos dispositivos, es electroencefalografía (EEG):un registro de la actividad eléctrica a lo largo del cuero cabelludo.

    Estas tecnologías se utilizan principalmente en salud, pero nuestra nueva investigación muestra cómo también están cambiando el futuro del cine.

    No es casualidad. Los artistas han estado entre los pioneros en el uso de estas tecnologías, desarrollando aplicaciones creativas desde su primera aparición en la década de 1960. Los primeros ejemplos incluyen Music For Solo Performer (1965) de Alvin Lucier, que se considera la primera actuación que utiliza la tecnología EEG. Obras de arte interactivas, como los Brainwave Drawings (1972) de Nina Sobell e instalaciones como Alpha Garden (1973) de Jaqueline Humbert también ilustran cómo el mundo del arte allanó el camino.

    Realización de películas interactivas

    Durante el mismo período, se presentó la primera película interactiva. La comedia Kinoautomat (1967), que fue creado en Checoslovaquia, Permitió a la audiencia votar sobre lo que debería suceder a continuación presionando botones. Desde entonces, cineastas aclamados, como Peter Greenaway, han estado abogando por las nuevas posibilidades de las tecnologías interactivas en el cine.

    Más recientemente, la industria cinematográfica muestra interés en las tecnologías emergentes, como la realidad virtual (VR). Un hito en esta dirección fue el premio especial entregado por la Junta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en 2017 a Carne y Arena dirigido por Alejandro G. Iñárritu. Carne y Arena es una instalación de realidad virtual que se decía que estaba abriendo "nuevas puertas a la percepción cinematográfica". Esto es consecuencia del trabajo de un número creciente de festivales (como la Berlinale y el Festival de Cine de Venecia), cineastas e investigadores que están investigando el potencial del uso de nuevas tecnologías interactivas en el cine.

    Ejemplo ilustrativo:El sistema BCI pasivo multi-cerebral basado en EEG. Zioga y col. 2016. Crédito:Freepik

    Entre las innovaciones más recientes se encuentran las nuevas interfaces inalámbricas cerebro-computadora, que ahora están disponibles en el mercado como auriculares de bajo costo. Ya se utilizan en los juegos de ordenador y las artes, pero más recientemente también se han aplicado en la realización de películas interactivas. Por ejemplo, Estudios de hollywood, como Universal y 20th Century Fox han lanzado versiones interactivas de sus películas, donde el espectador puede controlar momentos clave de la trama con el uso de un auricular BCI.

    Interacción de múltiples cerebros

    Nuestra investigación arroja nueva luz sobre cómo nuestros cerebros pueden controlar una película o un evento de cine en vivo, no solo para entretenimiento en el hogar, sino también en una sala de cine. Y muestra cómo se puede utilizar esto para llevar a la audiencia un nuevo experiencia atractiva y colectiva.

    Más específicamente, Desarrollamos un nuevo sistema que permite la interacción de múltiples cerebros. Este sistema se utilizó en un nuevo evento de cine en vivo que creamos para este propósito y que se presentó en el CCA:Centre for Contemporary Arts en Glasgow.

    Por primera vez, la tecnología permitió que un intérprete y dos miembros de la audiencia interactuaran simultáneamente. Usando su actividad cerebral pasiva, por separado o en conjunto, pudieron controlar aspectos de la película proyectada en vivo. Su transición de estados cognitivos relajados a más alertas se visualizó como un cambio de tintes más fríos a más cálidos. Esto creó el color en constante cambio de las proyecciones en vivo y estableció la atmósfera general de la narrativa.

    "Enheduanna ― A Manifesto of Falling" Espectáculo de cine cerebro-computadora en vivo en CCA:Centro de Arte Contemporáneo de Glasgow. Crédito:Polina Zioga / Catherine M. Weir

    El evento también fue un experimento de neurociencia en un entorno de la vida real con la presencia de público público. Esto nos permitió obtener datos de los participantes, que nos han proporcionado importantes resultados. Demostraron que eran capaces de comprender qué partes del evento estaban controladas por su actividad cerebral y cómo. Estas escenas en particular les causaron una impresión especial. Y al mismo tiempo, su atención y compromiso emocional también se incrementaron, teniendo la sensación de estar "conectado".

    El nuevo horizonte del cine

    Nuestro experimento proporciona nuevas herramientas y métodos para crear películas interactivas con el uso de la actividad cerebral de los espectadores. Demuestra cómo el uso de la interacción cerebro-computadora en el cine puede mejorar la percepción y el compromiso de la audiencia. Y aun mas abre un nuevo horizonte de posibilidades. Las audiencias en el futuro estarán empoderadas para sumergirse y controlar colectivamente una película a través de su actividad cerebral combinada.

    Junto con los estudios que analizan el efecto de las películas en la actividad cerebral de los espectadores (neurocinemática), estas nuevas posibilidades impulsarán aún más las artes y las ciencias cinematográficas. También mejorarán nuestra comprensión de cómo nos involucramos colectivamente, colaborar y competir en entornos y situaciones emotivas.

    Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Lea el artículo original.




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