* olor e irritante fuerte: El amoníaco tiene un olor a asfixia que puede irritar los ojos, la nariz y la garganta. Incluso las bajas concentraciones pueden causar molestias y tos.
* Problemas respiratorios: La inhalación de amoníaco puede causar problemas respiratorios, que incluyen falta de aliento, sibilancias e incluso edema pulmonar (líquido en los pulmones).
* irritación de la piel y los ojos: El contacto con soluciones de amoníaco concentradas puede causar quemaduras severas en la piel y los ojos.
* Toxicidad: El amoníaco es tóxico en altas concentraciones, lo que potencialmente conduce a serios problemas de salud si se inhalan o absorbe a través de la piel.
Las campanas de humo proporcionan protección crucial:
* Ventilación: Las campanas de humo alejan el aire del área de trabajo y lo escapan afuera, evitando la acumulación de vapores de amoníaco peligrosos.
* Contención: El capó actúa como una barrera, lo que limita la exposición al amoníaco en caso de derrames o salpicaduras accidentales.
Por lo tanto, siempre trabaje con soluciones de amoníaco concentradas bajo una campana de humo para protegerse a sí mismo y a los demás de los peligros potenciales.