Lo bueno:
* Estructuras eternas: Los edificios, puentes y monumentos durarían para siempre. No tendríamos necesidad de reparaciones o reemplazos, ahorrando recursos y dinero.
* Recursos sostenibles: Los recursos naturales como la madera, el metal y el plástico nunca se agotarían. Podríamos reutilizarlos y reciclarlos sin cesar, resolviendo muchos problemas ambientales.
* Preservación de la historia: Los artefactos antiguos y las reliquias históricas permanecerían perfectamente conservadas, dándonos una comprensión mucho más profunda del pasado.
* Vida interminable: Los organismos no envejecerían ni se descomponirían, lo que potencialmente conduce a una gran cantidad de vida y recursos.
Lo malo:
* sobrepoblación: Sin la muerte, la población crecería exponencialmente, lo que lleva a la escasez de recursos y al posible conflicto.
* No hay espacio para la renovación: Sin decadencia, los desechos se acumularían sin cesar, contaminando el medio ambiente y creando condiciones insalubres.
* Deseficiente ecológico: La ausencia de descomposición interrumpiría el ciclo natural de los nutrientes y el flujo de energía, lo que podría conducir a una descomposición de los ecosistemas.
* Falta de innovación: Sin necesidad de reemplazar o reparar, el impulso de innovación y avance tecnológico podría sofocarse.
* Dilemas éticos: La perspectiva de la vida eterna plantearía preguntas éticas profundas sobre el significado de la vida, la muerte y el valor de la existencia.
Lo feo:
* Un mundo de basura: Sin descomposición, todo, desde restos de comida hasta autos viejos, permanecería para siempre, creando un mundo literal de basura.
* Un mundo abarrotado y poco saludable: La incapacidad de deshacerse de los desechos conduciría a enfermedades generalizadas y contaminación ambiental.
* Un mundo de fantasmas: Sin la muerte, los vivos estarían rodeados por la presencia eterna de sus seres queridos fallecidos, tal vez conducir a la inestabilidad psicológica y social.
En general, la ausencia de descomposición tendría consecuencias profundas e impredecibles, tanto positivas como negativas. Respacharía el tejido mismo de nuestro mundo y nuestra comprensión de la vida, la muerte y la existencia. Es un escenario que es mejor dejar al reino de la ciencia ficción.