Si bien el cloruro de polivinilo (PVC) generalmente se considera seguro al tacto en condiciones normales, cuando se quema o se degrada, tiene el potencial de liberar sustancias químicas tóxicas, incluidos cloruro de hidrógeno y dioxinas. Estos productos químicos pueden causar varios efectos en la salud que van desde irritación de los ojos y del tracto respiratorio hasta posibles riesgos cancerígenos tras una exposición excesiva y prolongada. Por lo tanto, se deben seguir precauciones como ventilación adecuada, equipo de protección y pautas de manipulación durante la fabricación, procesamiento o eliminación del PVC.