El café es ligeramente ácido, con un pH que suele oscilar entre 4,85 y 5,10. Esta acidez se debe principalmente a la presencia de ácidos clorogénicos, que son un grupo de polifenoles que se encuentran en los granos de café. Los ácidos clorogénicos son responsables del sabor ácido o amargo característico del café y también contribuyen a sus propiedades antioxidantes y promotoras de la salud.