El proceso de elaboración del whisky generalmente implica los siguientes pasos:
1. Malteado:La cebada u otros granos se remojan en agua y se dejan germinar, lo que activa enzimas que convierten los almidones del grano en azúcares.
2. Puré:Los granos malteados se mezclan con agua caliente para crear un líquido azucarado llamado "mosto". Las enzimas de la cebada malteada ayudan a descomponer los almidones en azúcares fermentables.
3. Fermentación:Se añade levadura al mosto, que convierte los azúcares en alcohol. Este proceso suele tardar unos días.
4. Destilación:El líquido fermentado se calienta en un alambique, que separa el alcohol del agua y otras impurezas. La destilación inicial produce un aguardiente de baja graduación llamado "vinos bajos".
5. Maduración:Los vinos bajos suelen madurar en barricas de madera, generalmente de roble, durante distintos períodos de tiempo. Durante la maduración, el whisky desarrolla su sabor y color, y adquiere características de la barrica.
6. Embotellado:Después de la maduración, el whisky se embotella y se puede diluir aún más con agua para alcanzar la graduación o el contenido de alcohol deseado.
Los diferentes tipos de whisky, como el escocés, el irlandés, el americano, el canadiense y el japonés, tienen sus propias características y regulaciones distintivas en cuanto a ingredientes, métodos de producción y envejecimiento.