La densidad de un gas también influye en la facilidad con la que se propaga. La densidad de un gas es la masa del gas por unidad de volumen. Cuanto menor sea la densidad de un gas, más fácilmente se propagará. Esto se debe a que cuanto más ligeras son las moléculas de un gas, más fácilmente pueden moverse por colisiones con otras moléculas.
La energía cinética de un gas también influye en la facilidad con la que se propaga. La energía cinética de un gas es la energía de movimiento de las partículas del gas. Cuanto mayor sea la energía cinética de un gas, más fácilmente se propagará. Esto se debe a que cuanto más rápido se mueven las moléculas de un gas, es más probable que choquen con otras moléculas y cambien de dirección.
En resumen, dos gases se propagan fácilmente entre sí debido a su baja densidad y alta energía cinética. Las partículas de un gas están muy espaciadas y se mueven rápidamente, lo que significa que chocan entre sí y con las paredes de su recipiente con frecuencia. Este movimiento constante hace que los gases se distribuyan en un gran volumen.