Cuando la materia y la antimateria entran en contacto, se aniquilan mutuamente, liberando una enorme cantidad de energía. Esta energía equivale a la masa de la materia y la antimateria multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado. Por ejemplo, si un gramo de materia y un gramo de antimateria se aniquilaran entre sí, liberarían suficiente energía para alimentar al mundo entero durante un año.
Debido a su potencial destructivo, la antimateria es extremadamente difícil de crear y almacenar. Sin embargo, los científicos están trabajando en formas de aprovechar el poder de la antimateria para fines pacíficos, como generar electricidad e impulsar naves espaciales.