Por ejemplo, si una sustancia radiactiva tiene una vida media de 1 hora, después de 1 hora, la mitad de los átomos radiactivos de la sustancia se habrán desintegrado. Después de otra hora, la mitad de los átomos radiactivos restantes se habrán desintegrado, y así sucesivamente.
La vida media de una sustancia radiactiva se utiliza para determinar cuánto tiempo pasará hasta que la sustancia sea segura de manipular. Por ejemplo, si una sustancia radiactiva tiene una vida media de 100 años, la sustancia tardará 100 años en desintegrarse a un nivel que sea seguro de manipular.