El proceso de fortalecimiento de la precipitación normalmente implica los siguientes pasos:
1. Solucionar: La aleación se calienta a alta temperatura hasta que todos los elementos de aleación se disuelven completamente en la solución sólida.
2. Apagamiento: La aleación se enfría rápidamente, típicamente mediante enfriamiento con agua, para atrapar los elementos de aleación en la solución sólida. Esto evita la formación de fases de equilibrio durante el enfriamiento.
3. Envejecimiento: La aleación enfriada se mantiene a una temperatura más baja durante un período de tiempo específico, permitiendo que los elementos de aleación se difundan y formen precipitados. El tamaño, la forma y la distribución de estos precipitados dependen de la temperatura y el tiempo de envejecimiento.
4. Fuerza máxima: La aleación alcanza su máxima resistencia cuando los precipitados alcanzan un tamaño y distribución óptimos. En este punto, la aleación exhibe la mejor combinación de resistencia y ductilidad.
El fortalecimiento por precipitación se usa comúnmente en aleaciones de aluminio, cobre y titanio, entre otros. Controlando la composición de la aleación, los parámetros del tratamiento térmico y las condiciones de envejecimiento, es posible lograr una amplia gama de propiedades mecánicas y adaptar la aleación a aplicaciones específicas.