El otoño ha llegado las hojas cambian de color, y los aromas de especias de calabaza están arrasando en las tiendas. También es la temporada de las vacunas contra la gripe. La buena noticia es que el pinchazo anual en el brazo diseñado para protegernos de la gripe podría algún día ser cosa del pasado. Un artículo en Noticias de química e ingeniería (C&EN), la revista de noticias semanal de la American Chemical Society, describe los avances en los métodos de vacunación sin inyección que se muestran prometedores.
Como informa la editora colaboradora de C&EN, Sarah Webb, Las vacunas contra la gripe sin aguja no son completamente nuevas. A principios de la década de 2000, se aprobó la vacuna inhalada FluMist. Pero después de varios años, el producto perdió su fuerza. Entonces, en los últimos dos años, un comité asesor de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ha desaconsejado el uso de FluMist. Crear opciones adicionales de entrega de vacunas. sin embargo, sigue siendo un objetivo importante. Quitar la aguja de las vacunas podría ayudar a aumentar el número de vacunas, particularmente en lugares donde los recursos son limitados.
Hacia este final, los investigadores continúan buscando sistemas alternativos de administración de vacunas. Administración oral, por ejemplo, una vacuna en una pastilla — es una posibilidad. La Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. Aprobó otra opción en 2014 para la mayoría de los adultos. Utiliza un inyector accionado por resorte para inyectar una vacuna en un chorro de líquido a través de la piel y dentro del músculo. Otros investigadores se apegan a las agujas, pero a pequeña escala. Por ejemplo, una empresa ha desarrollado una forma de administrar una vacuna contra la gripe con una aguja que es un 90 por ciento más pequeña que las jeringas convencionales. Otro método nuevo y prometedor utiliza un pequeño parche cubierto con microagujas, añadiendo a la gama cada vez mayor de posibilidades de vacunas menos dolorosas.