1. Diversidad genética: Esto se refiere a la variación en genes dentro de una especie. Abarca el rango de diferentes genes y alelos (formas alternativas de genes) presentes dentro de una población. Una mayor diversidad genética generalmente conduce a una población más resistente, ya que proporciona una gama más amplia de rasgos que pueden seleccionarse en respuesta a entornos cambiantes.
2. Diversidad de especies: Esto se refiere a la variedad de especies en un área determinada. Abarca tanto el número de especies diferentes (riqueza de especies) como su abundancia relativa (uniformidad de especies). Una mayor diversidad de especies indica un ecosistema más complejo y estable.
3. Diversidad del ecosistema: Esto se refiere a la variedad de ecosistemas dentro de un área determinada. Incluye diferentes hábitats, comunidades y procesos ecológicos. Una mayor diversidad de ecosistemas proporciona una gama más amplia de recursos y servicios, que contribuyen a la estabilidad ecológica general y la resiliencia.
Estos tres niveles de diversidad biológica están interconectados. Por ejemplo, la diversidad genética dentro de una especie contribuye a su capacidad para adaptarse a entornos cambiantes, lo que a su vez afecta la diversidad de especies. Del mismo modo, la diversidad de especies influye en la estructura y la función de los ecosistemas, lo que afecta la diversidad del ecosistema.