1. Variación heredable: Las personas dentro de una población deben tener diferencias en sus rasgos que pueden transmitirse a su descendencia. Esta variación puede surgir de mutaciones en ADN u otro material genético.
2. éxito reproductivo diferencial: Algunas personas deben tener más éxito en sobrevivir y reproducirse que otras. Este éxito puede verse influenciado por factores como presiones ambientales, competencia por los recursos o la capacidad de atraer compañeros.
Estos dos factores trabajan juntos para impulsar la evolución. Las personas con rasgos que los hacen más adecuados para su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, pasando esos rasgos beneficiosos a su descendencia. Durante las generaciones, este proceso conduce a cambios en la composición genética de una población, lo que finalmente resulta en la evolución de nuevas especies.