* rendimientos altos: Su objetivo es maximizar la cantidad de alimentos producidos por unidad de tierra.
* Métodos orgánicos: Prioriza los procesos naturales y evita el uso de pesticidas sintéticos, herbicidas y fertilizantes.
* Salud del suelo: Se centra en mejorar la fertilidad y la estructura del suelo, promoviendo una vida microbiana saludable.
* espacio mínimo: Se puede practicar en espacios pequeños, lo que lo hace ideal para la jardinería urbana o situaciones de espacio limitado.
* La dependencia reducida de las entradas externas: Su objetivo es crear un sistema autosuficiente, minimizando la necesidad de recursos externos como el agua o el fertilizante.
Así es como estos elementos se unen en la jardinería bio-intensiva:
* excavación doble: Esta técnica mejora la aireación y el drenaje del suelo, lo que permite que las raíces se vuelvan más profundas.
* Composting: La materia orgánica se recicla nuevamente en el suelo, enriqueciéndola con nutrientes y promoviendo microorganismos beneficiosos.
* Cerrar espaciado: Las plantas se plantan más juntas, maximizando el uso del espacio disponible y promoviendo la competencia por los recursos.
* Interpretado y plantación de acompañantes: Diferentes especies de plantas se cultivan juntas para beneficiarse y mejorar la biodiversidad.
* Mulching: Se aplica una capa de material orgánico a la superficie del suelo para retener la humedad, suprimir las malas hierbas y proteger el suelo de la erosión.
En esencia, los métodos bio-intensivos se tratan de maximizar los rendimientos al tiempo que minimizar el impacto ambiental y promover prácticas sostenibles.