Antes del desarrollo de técnicas de ADN antiguas, los científicos se basaban en gran medida en el registro fósil y las comparaciones anatómicas para reconstruir los linajes evolutivos. Si bien estos métodos proporcionaron ideas valiosas, fueron limitadas en su capacidad para rastrear directamente los cambios genéticos con el tiempo. El ADN antiguo, sin embargo, permite a los científicos mirar literalmente hacia atrás en el tiempo del código genético de organismos antiguos. Esto ha producido descubrimientos innovadores, como la identificación de la base genética para los rasgos neandertales y la historia evolutiva de especies extintas como los mamuts.
La capacidad de estudiar ADN antiguo ha proporcionado una gran cantidad de datos nuevos que apoyan la teoría de la evolución de Darwin por la selección natural y ha revolucionado nuestra comprensión de la historia de la vida en la Tierra.