1. Producción de toxinas: Muchas bacterias, hongos y algunos virus producen toxinas que son perjudiciales para el cuerpo. Estas toxinas pueden causar una variedad de síntomas, desde una leve incomodidad hasta una enfermedad potencialmente mortal. Por ejemplo, la toxina del botulismo causa parálisis muscular, mientras que la toxina del tétanos puede causar espasmos musculares.
2. Daño del tejido directo: Algunos microorganismos pueden invadir y dañar directamente los tejidos del cuerpo. Por ejemplo, las bacterias pueden causar infecciones en los pulmones, la piel o el tracto urinario, lo que lleva a la inflamación, el dolor y la destrucción del tejido. Los virus también pueden dañar las células secuestrando su maquinaria para replicarse, lo que lleva a la muerte celular y la disfunción de los órganos.
3. Reacción sobre reacción del sistema inmune: El sistema inmunitario del cuerpo está diseñado para combatir las infecciones, pero a veces puede reaccionar exageradamente a una invasión microbiana. Esto puede conducir a una respuesta inflamatoria que causa daño a los tejidos sanos, lo que lleva a afecciones como la sepsis, donde la respuesta inmune del cuerpo puede ser mortal.
4. Disrupción de funciones normales: Los microorganismos pueden interrumpir las funciones normales del cuerpo de varias maneras. Por ejemplo, las bacterias en el intestino pueden causar diarrea al interferir con la digestión y la absorción de nutrientes. Ciertos parásitos pueden causar anemia al robar nutrientes de la sangre del huésped, y algunas bacterias pueden dañar el sistema nervioso, lo que lleva a parálisis u otros problemas neurológicos.