oxígeno: Los glóbulos rojos llevan oxígeno de los pulmones a todos los tejidos y órganos del cuerpo. Este oxígeno es crucial para la respiración celular, el proceso que proporciona energía para nuestras células.
Nutrientes: La sangre transporta nutrientes, como glucosa (azúcar), aminoácidos (componentes de proteínas) y grasas, desde el sistema digestivo hasta las células del cuerpo.
hormonas: Las hormonas son mensajeros químicos que regulan varias funciones corporales. La sangre lleva hormonas de las glándulas a tejidos y órganos objetivo.
Productos de desechos: La sangre transporta productos de desecho, como el dióxido de carbono (producido por la respiración celular) y la urea (un producto de desecho nitrogenado de la descomposición de proteínas), de los tejidos a los órganos responsables de su eliminación (pulmones y riñones, respectivamente).
células inmunes: Los glóbulos blancos, que forman parte del sistema inmune, viajan en la sangre para combatir las infecciones y proteger el cuerpo de la enfermedad.
calor: La sangre ayuda a regular la temperatura corporal distribuyendo calor en todo el cuerpo.
En resumen, la sangre actúa como un sistema de transporte vital, que ofrece sustancias esenciales a cada célula del cuerpo mientras elimina los productos de desecho.