Recocido:
Cuando el ADN se calienta a una temperatura alta (normalmente alrededor de 95 grados Celsius), los enlaces de hidrógeno entre los pares de bases se rompen y las cadenas de ADN se separan, dando como resultado un estado monocatenario.
Refrigeración:
A medida que la temperatura desciende gradualmente (normalmente hasta aproximadamente la temperatura ambiente), las moléculas de ADN monocatenario comienzan a colisionar aleatoriamente entre sí.
Emparejamiento de bases:
Durante el enfriamiento, las bases nitrogenadas complementarias de las moléculas de ADN monocatenario se reconocen y se emparejan entre sí mediante enlaces de hidrógeno. La adenina (A) se empareja con la timina (T) y la guanina (G) con la citosina (C).
Reasociación:
Las cadenas complementarias continúan encontrándose y uniéndose entre sí, formando ADN bicatenario. Este proceso es muy específico y las moléculas de ADN sólo se reasociarán con sus hebras complementarias, lo que garantiza una nueva hibridación precisa.
El proceso de reasociación puede ocurrir in vitro, lo que permite a los científicos estudiar secuencias de ADN, comparar muestras de ADN y realizar diversas técnicas de biología molecular, como la transferencia Southern y la hibridación de ADN.
La precisión de la reasociación del ADN es crucial en el análisis genético, la ciencia forense y las tecnologías basadas en el ADN, donde la identificación y coincidencia precisas de las secuencias de ADN son esenciales.