Hígado :
El hígado es responsable de diversos procesos metabólicos, incluida la desintoxicación, la síntesis de proteínas y el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas. Estos procesos requieren una cantidad importante de energía, por lo que las células del hígado contienen una gran cantidad de mitocondrias para cubrir sus altas demandas energéticas.
Músculo :
Las células musculares, especialmente aquellas involucradas en contracciones rápidas y contundentes, también tienen un alto requerimiento de energía. Durante la contracción muscular, el ATP (trifosfato de adenosina) se descompone rápidamente para proporcionar energía. Las mitocondrias de las células musculares producen ATP mediante la fosforilación oxidativa, que es un proceso que utiliza oxígeno para generar energía a partir de glucosa o ácidos grasos. Cuantas más mitocondrias tenga una célula muscular, más ATP podrá producir, lo que permitirá una actividad muscular sostenida.