Ejemplos comunes de agentes de control biológico incluyen depredadores, parásitos, patógenos y competidores. Los depredadores son organismos que cazan y se alimentan del organismo plaga. Los parásitos son organismos que viven dentro o sobre el organismo plaga y le causan daño. Los patógenos son microorganismos que causan enfermedades en el organismo plaga. Los competidores son organismos que compiten con el organismo plaga por recursos, como alimento o hábitat.
El control biológico tiene varias ventajas sobre los métodos químicos de control de plagas. A menudo es más eficaz, ya que puede atacar plagas específicas sin dañar los organismos beneficiosos. También es más respetuoso con el medio ambiente, ya que no deja residuos químicos nocivos. Además, el control biológico suele ser menos costoso que el control químico de plagas, ya que no requiere la compra ni la aplicación de pesticidas.
Sin embargo, el control biológico también presenta algunas desventajas. Puede resultar difícil encontrar e introducir agentes de control biológico eficaces, y puede llevar algún tiempo hasta que las poblaciones de estos agentes alcancen niveles suficientes para controlar la población de plagas. Además, algunos agentes de control biológico pueden convertirse en plagas si sus poblaciones no se manejan adecuadamente.
En general, el control biológico de plagas es un método prometedor de manejo de plagas que tiene el potencial de reducir nuestra dependencia de pesticidas químicos y crear sistemas agrícolas más sostenibles.