La deriva genética es un proceso de cambios aleatorios en la frecuencia de los alelos en una población a lo largo de generaciones debido a eventos fortuitos, como el muestreo aleatorio durante la reproducción o tamaños de población pequeños. Una consecuencia de la deriva genética es la pérdida de diversidad genética. A medida que se produce la deriva genética, ciertos alelos pueden volverse más comunes o incluso desaparecer de la población por casualidad, lo que reduce la variación genética general. Esta pérdida de diversidad genética puede tener varias implicaciones, incluida una menor adaptabilidad, una mayor vulnerabilidad a enfermedades genéticas y una posible extinción de especies a largo plazo.