* Células musculares. Las temperaturas frías pueden hacer que los músculos se pongan rígidos y débiles. Esto puede dificultar el movimiento y también provocar dolor muscular.
* Células sanguíneas. Las temperaturas frías pueden hacer que los vasos sanguíneos se contraigan, lo que reduce el flujo sanguíneo a la piel y otros tejidos. Esto puede provocar congelación y otras lesiones relacionadas con el frío.
* Células de la piel. Las temperaturas frías pueden dañar las células de la piel, provocando que se sequen, agrieten e irriten.
* Células inmunes. Las temperaturas frías pueden debilitar el sistema inmunológico, haciendo que las personas sean más susceptibles a las infecciones.