Según esta teoría, estos genes ahorrativos, que evolucionaron durante tiempos de hambruna, pueden haberse vuelto inadaptados en entornos modernos caracterizados por alimentos abundantes y de fácil acceso. Este desajuste entre nuestros genes y nuestro entorno actual podría contribuir al aumento de la prevalencia de la obesidad, la diabetes tipo 2 y otros trastornos metabólicos en la sociedad actual.
La teoría del gen ahorrativo sugiere que estos genes pueden predisponer a los individuos a almacenar el exceso de energía en forma de grasa y conservar recursos, lo que habría sido ventajoso en tiempos de escasez, pero que puede provocar problemas de salud en entornos modernos con abundantes suministros de alimentos.
Sin embargo, es importante señalar que la teoría del gen ahorrativo es sólo una hipótesis entre varias que intentan explicar la compleja interacción de la genética, el medio ambiente y el comportamiento en el desarrollo de la obesidad y los trastornos metabólicos. Los mecanismos exactos y las interacciones involucradas en estas condiciones todavía son temas de investigación y debate científico en curso.