- Un bebé recién nacido puede reconocer el olor de su madre a las pocas horas de nacer. Esto se debe a que los bebés están expuestos al olor de su madre en el útero y comienzan a aprender a qué huele incluso antes de nacer.
Receptores olfativos en la nariz.
- Después del nacimiento, los bebés continúan aprendiendo sobre el olor de su madre a través del contacto directo, como cuando los amamantan o los sostienen cerca de ella. El olor de la leche materna de la madre también influye en la configuración del sentido del olfato del bebé.
- Con el tiempo, los bebés llegan a asociar el olor de su madre con sentimientos de comodidad, seguridad y amor. Cuando un bebé huele el aroma de su madre, puede ayudar a calmarlo y hacerlo sentir feliz y relajado.
Vías neuronales .
- Las regiones del cerebro encargadas del reconocimiento de olores, el bulbo olfatorio, la amígdala y el hipocampo, vinculan las percepciones sensoriales (olores) y los recuerdos o emociones vinculados a esos olores específicos.
Es por eso que el olor de una madre a veces puede tener un efecto tan poderoso en su hijo, incluso cuando es mayor. Puede traer recuerdos de la infancia y sentimientos de nostalgia y anhelo.
El olor como mecanismo de supervivencia.
- Se cree que la capacidad del bebé para reconocer el olor de su madre ha evolucionado como un mecanismo de supervivencia que permite a los bebés permanecer cerca de sus madres para protegerse y alimentarse.