La fiebre tifoidea se caracteriza por fiebre alta, dolor abdominal y diarrea. La enfermedad se transmite a través de alimentos o agua contaminados y es más común en países en desarrollo con saneamiento e higiene deficientes.
Salmonella Typhi está estrechamente relacionada con otras especies de Salmonella que causan intoxicación alimentaria. Sin embargo, a diferencia de estas otras Salmonellae, S. Typhi ha evolucionado para atacar únicamente a los humanos. Las razones de esta patogenicidad específica para los humanos no se han comprendido completamente.
En un nuevo estudio publicado en la revista Nature Microbiology, investigadores del Instituto Wellcome Sanger y sus colaboradores identificaron un factor clave que permite a Salmonella Typhi invadir y replicarse dentro de las células humanas. Este factor es una proteína llamada SopE2, que se encuentra en la superficie de la bacteria S. Typhi.
SopE2 se une a una proteína receptora llamada CD18 en las células humanas. Esta unión permite que la bacteria S. Typhi ingrese a las células y se replique, causando enfermedades. Otras Salmonellae carecen de SopE2 y, por lo tanto, no pueden unirse a CD18 ni invadir células humanas.
"Nuestro estudio revela cómo S. Typhi explota un receptor humano específico para establecer la infección", dijo el Dr. Akhilesh Pandey, autor principal del estudio del Instituto Wellcome Sanger. "Este conocimiento podría conducir al desarrollo de nuevas terapias que bloqueen la interacción entre SopE2 y CD18, previniendo o tratando potencialmente la fiebre tifoidea".
La fiebre tifoidea es un importante problema de salud pública y causa entre 11 y 21 millones de casos y más de 150.000 muertes cada año. La enfermedad es particularmente prevalente en el sur de Asia y el África subsahariana, donde el acceso al agua potable y al saneamiento es limitado.
Las vacunas actuales contra la fiebre tifoidea son moderadamente efectivas, pero no brindan una protección completa y pueden ser costosas. Se necesitan nuevos medicamentos para tratar la fiebre tifoidea, particularmente en regiones donde la resistencia a los antibióticos se está volviendo más común.
El descubrimiento del papel de SopE2 en la infección por S. Typhi podría conducir al desarrollo de nuevas vacunas y fármacos dirigidos a esta proteína y prevenir o tratar la fiebre tifoidea.