Numerosos estudios han encontrado que la exposición a pesticidas puede afectar negativamente a los anfibios, incluso en concentraciones bajas. Por ejemplo, en un estudio sobre los efectos del herbicida atrazina en ranas africanas con garras, los investigadores encontraron que la exposición a la atrazina en concentraciones tan bajas como 0,1 partes por mil millones (ppb) podría reducir significativamente la cantidad de huevos que eclosionaban y el tamaño de los huevos. renacuajos. En otro estudio, los investigadores encontraron que la exposición al pesticida malatión podría alterar el comportamiento de los renacuajos, haciéndolos menos receptivos a los depredadores.
Los pesticidas también pueden tener efectos indirectos sobre los anfibios. Por ejemplo, algunos pesticidas pueden reducir la disponibilidad de alimento para los anfibios, mientras que otros pueden alterar la calidad del agua o la acidez de su entorno. Los pesticidas también pueden interactuar con otros factores estresantes ambientales, como el cambio climático, para aumentar aún más los impactos negativos sobre los anfibios.
En general, la evidencia sugiere que la exposición a pesticidas está contribuyendo a la disminución de las poblaciones de anfibios en todo el mundo. Esta es una preocupación seria porque los anfibios son una parte esencial de muchos ecosistemas y la disminución de su población puede tener efectos en cascada sobre otras especies y el medio ambiente en su conjunto.