Pesticidas y herbicidas :El uso generalizado de pesticidas y herbicidas en la agricultura puede dañar a las abejas y otros polinizadores. Estos productos químicos pueden matar a las abejas directa o indirectamente al reducir la disponibilidad de sus fuentes de alimento.
Pérdida de hábitat :La destrucción de hábitats naturales, como praderas y bosques, reduce la disponibilidad de sitios de anidación y fuentes de alimento para las abejas. La urbanización, la deforestación y la conversión de áreas naturales en tierras agrícolas han contribuido a la disminución de las poblaciones de abejas.
Cambio climático :Los cambios en los patrones climáticos, el aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos pueden alterar los ciclos de reproducción de las abejas, reducir la disponibilidad de fuentes de alimentos y aumentar la propagación de enfermedades.
Enfermedades y parásitos :Las abejas son susceptibles a una variedad de enfermedades y parásitos que pueden debilitarlas o matarlas. Algunas de estas enfermedades son transmitidas por otras abejas, mientras que otras son causadas por hongos, virus o bacterias.
Varroa destructora :Varroa destructor es un ácaro parásito que se alimenta de abejas y puede transmitir virus mortales. Se considera una de las amenazas más graves para las abejas melíferas en todo el mundo y ha contribuido significativamente a la disminución de las poblaciones de abejas.