Los erizos de mar pueden parecer suaves y blandos, pero su exterior espinoso es en realidad increíblemente fuerte y resistente. Esto se debe a la estructura única de sus espinas, que están formadas por una combinación de carbonato de calcio y material orgánico. El carbonato de calcio da fuerza a las espinas, mientras que el material orgánico proporciona flexibilidad. Esta combinación hace que las espinas de los erizos de mar sean increíblemente resistentes al daño, lo que las convierte en una defensa formidable contra los depredadores.
Un equipo de científicos de la Universidad de California, Berkeley, utilizó recientemente microtomografía de rayos X para observar más de cerca la estructura de las espinas de los erizos de mar. Descubrieron que las espinas están formadas por una serie de placas entrelazadas, que se mantienen unidas por una red de fibras de colágeno. Esta estructura crea un material muy resistente y duradero, razón por la cual los erizos de mar son capaces de resistir los ataques de depredadores como peces y nutrias marinas.
Además de su fuerza, las espinas de los erizos de mar también son muy afiladas. Esto se debe al hecho de que crecen y se mudan constantemente. Las nuevas espinas que crecen son siempre más afiladas que las antiguas, lo que ayuda a mantener al erizo de mar bien defendido.
La combinación de sus espinas fuertes y afiladas hace que los erizos de mar sean presas muy difíciles para los depredadores. Por eso a menudo pueden vivir en grandes cantidades, incluso en zonas donde hay muchos depredadores.